Las energías renovables ofrecen una amplia gama de beneficios para la sociedad, la industria y, principalmente, para el medio ambiente, ya que utilizan como materia prima recursos naturales como el viento o la radiación solar, siendo esta última una fuente de energía abundante e inagotable.
Esto podemos afirmarlo pensando en las grandes cantidades de radiación electromagnética que llegan a la superficie terrestre y percibimos en forma de luz y calor, emitidas por el sol gracias a las fusiones nucleares que ocurren a diario en su interior.
Dicha radiación es captada por paneles fotovoltaicos que la convierten en electricidad a través del efecto fotoeléctrico, en el que determinados materiales absorben fotones —partículas lumínicas— y liberan electrones, generando una corriente eléctrica.
¿De qué están hechos los paneles solares?
Los paneles fotovoltaicos están conformados por celdas fabricadas con materiales como silicio monocristalino, policristalino o amorfo y otros materiales semiconductores de capa fina. Estos materiales se mezclan (o “dopan”) con fósforo o boro para modificar sus propiedades conductoras de energía.
El resultado es la creación de dos partes, una de carga negativa y otra positiva. Al exponerse al sol, los fotones desplazan a los electrones y se produce una corriente continua que, mediante un inversor, es transformada en corriente alterna, la cual llega comúnmente a los hogares y a la industria.
Los materiales de los que están construidos los paneles solares y su funcionamiento no alteran el clima de las regiones donde se encuentran. Su operación contribuye a la lucha contra el cambio climático gracias a que no genera emisiones contaminantes.
Impacto social y ambiental de los parques fotovoltaicos
Descarga la transcripción del video Iberdrola México – Luces de Esperanza, 4a fase, Oaxaca
Un ejemplo de cómo la tecnología empleada para generar energía renovable beneficia tanto al medio ambiente como a las comunidades se da con el programa Luces de Esperanza, que ha llevado energía eléctrica a comunidades rurales sin previo acceso a ese servicio, a través de paneles solares instalados en casas y centros comunitarios, donde ahora ya pueden realizar diversas actividades productivas y de entretenimiento que requieren electricidad.
Por otro lado, los parques fotovoltaicos de Iberdrola México contribuyen a generar empleos verdes durante la fabricación de los paneles y desde las fases de investigación y desarrollo hasta la construcción y operación de las instalaciones.
Además, la empresa ofrece soluciones energéticas sostenibles como los sistemas fotovoltaicos en sitio, que se han convertido en una gran alternativa para las industrias que quieren contribuir a la protección del medio ambiente y a su vez lograr eficiencias en su consumo eléctrico. Y todo ello sin emitir gases de efecto invernadero.
Finalmente, la energía renovable también contribuye al medio ambiente gracias a la forma en que los paneles solares se mantienen limpios, pues, aunque existen programas de mantenimiento al respecto, únicamente se utiliza agua proveniente de la lluvia para esta labor, además de que ningún parque se encuentra conectado a la red pública.
Las energías renovables tienen muchos otros beneficios y cada vez más empresas cambian su fuente de suministro eléctrico con el objetivo de contribuir a un planeta más limpio y verde para las generaciones futuras.
Fuentes: